Los ebanistas conocen bien el acetato de hierro para ebonizar la madera, produciendo tonos oscuros que van del gris oscuro al negro ébano.
Sin embargo, investigando un poco más, es interesante observar que el acetato de hierro tiene otras aplicaciones. En tintorería, por ejemplo, puede utilizarse como mordiente (en sustitución del sulfato de hierro), es decir, como fijador de tintes naturales. En este caso, oscurece los colores al tiempo que los hace más resistentes a los rayos UV.
También puede utilizarse como agente oxidante, creando efectos de envejecimiento y pátina en casi cualquier superficie.
Esta receta, también conocida como "sopa de clavos", es fácil de hacer y tiene muchos usos.
Este ingrediente puede elaborarse con sólo dos ingredientes habituales.
Puede utilizarse como sustituto del sulfato de hierro (un ingrediente que se utiliza en la producción deingrediente que se encuentra ene den muchas recetas). Le remito al glosario para saber más sobre este ingrediente.
Se trata de un ingrediente muy fácil de preparar y con muchas aplicaciones. Además, es una alternativa práctica al sulfato de hierro, que es mucho más difícil de fabricar.
El inconveniente de este ingrediente es que resulta difícil dosificarlo con precisión en las recetas. De hecho, el nivel de acetato de hierro puede variar de una solución a otra en función de diversos factores, como la cantidad de objetos metálicos utilizados en la preparación y el tiempo de reposo.
Por lo tanto, cuando utilice este ingrediente, puede esperar resultados ligeramente diferentes cada vez.
El acetato de hierro puede ser irritante, por lo que hay que procurar llevar guantes, mascarilla y gafas protectoras al manipularlo.
El acetato de hierro mancha, por lo que también te aconsejo que lleves un delantal.
Si no está familiarizado con alguno de los términos, materiales o ingredientes, eche un vistazo al GLOSARIO.
(Paño de cocina, trapo, camiseta vieja...)
Pon los clavos (u otros objetos metálicos) en el primer tarro.
Añade un 50% de vinagre blanco y un 50% de agua.
Coloca la tela en el tarro. No utilices una tapa hermética, ya que se formará gas.
De vez en cuando, rellena el nivel con un poco de agua y vinagre.
Espere al menos una semana.
Incluso puedes dejarlos en el vinagre durante uno o dos meses para concentrar el acetato.
Abre el tarro y remueve la mezcla. Terminarás con un zumo oxidado.
PD: A veces utilizo esta mezcla sin filtrar, que combino con yema de huevo, para pintar los fondos de mis cuadros. El resultado es una textura igual a la de una plancha de hierro oxidada.
Colar el zumo en el segundo tarro.
Puedes conservar el zumo durante varios meses en un tarro cerrado.
A lo largo del año, organizo varios cursos y talleres para que aprendas a fabricar tus propias pinturas.
He reunido una colección de sitios web, libros y PDF dedicados a la fabricación de pinturas, tintes, tintas y otros materiales artísticos.
Vendo algunas de mis creaciones.
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